lunes, 24 de mayo de 2010

Los poetas se extinguen

Resulta que ahora las ideas pertenecen al mundo de los sueños...
son como un traje: de quita y pon. Los que no tienen ideas son llamados muñecos de serrín en la sesera, marionetas en manos de algún ser superior. Pero es sencillo no ser así: simplemente hay que sacar la Visa Oro y comprar algún ideal. Como te sale caro hay que defenderlo con los dientes.
Pero, como decía antes, son solo una apariencia. Ya nadie vive sus ideas, somos demasiado terrenales y materialistas... En este mundo ya no hay hueco para la esperanza.
Y así pasa, cada vez que hay algo que nos da la oportunidad de escapar y soñar nos agarramos a él con las uñas. Nos gusta (a cada vez más personas) soñar y vivir sumidos en las fantasías de las grandes producciones.
Ya no hay lugar para los soñadores. Se nos mira con extrañeza y recelo. Hasta no hace mucho eran admirados, se les pagaba por soñar, por construir su mundo y vivir en base a él. Ahora no. Ahora lo bueno es vivir apegado a la realidad. Demasiado apegado, según creo yo.
Yo no sé si hemos mejorado en ese aspecto o no...aunque lo extraña que me sienten los demás me indica que esa faceta de la vida sobraba. Soñar ya no es adaptativo.

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