lunes, 18 de octubre de 2010

La escarcha entre las nubes...

Perdonen que les moleste con mi fugaz verborrea. Nunca pensé que me tuviera que ver obligada a proclamar al mundo entero mis desgracias, pero sucede que soy demasiado cobarde como para pedir ayuda a mis allegados o para coger el toro por los cuernos. Por eso escribo esto, siempre en constante movimiento. Y se lo dedico a ustedes, que están mirándome. Siento que estas palabras estén cargadas de pena, nacidas de un escondido sentimiento. Discúlpeme por hacerles saber que vivo con el corazón desgarrado: las fallas del corazón… que ya ni sangran. Y no lloro… no lloro porque ustedes miran. Pero sino… daría esos cinco pasos que me separan de la muerte. Total, el mundo no es mío. Sigan leyendo y verán qué es el mundo para mi. Y opinen con indiferencia acerca de ello, díganme eso de “tienes un problema porque quieres”. ¿Cuándo aprenderán que si tengo un problema es precisamente porque no quiero?

¿Recuerdan ustedes esa sombra negra rodeada de acordes de rock & roll? Esa era yo.