jueves, 3 de junio de 2010

Con tintes de Tim Burton...

En el país de los idiotas, una nena ama al rey ciego. Los unicornios pasean a nuestra linda niña por un campo de algodón de azúcar. Se vive y respira justicia y deber… ella sabe que, como ama tan en serio, el rey ciego de pronto una mañana despertará y se dará cuenta de que al fin puede volver a ver; descubrirá que el mundo gira en torno al amor con la pequeña. Y mostrará su interés hasta ahora muerto por ella. La nena lo verá y correrá a sus brazos. Los regalices y las chucherías serán los invitados de honor en su boda. Y el caramelo elaborado de mirada será la constante en su vida, simple y modesta felicidad rodeada de pequeños bebés que, aunque traviesos, respetan y quieren a sus padres.
El viento frío mece el pelo de nuestra protagonista. Congela sus lágrimas. Pero la fantasía es más fuerte y ella se consume… muere en el calor que genera su propio su cuerpo. Sonríe.

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